Reflexionar sobre la evolución de la televisión conectada nos hace sonreír al recordar nuestras experiencias personales. Como personas que siempre se han sentido atraídas por la tecnología, empezamos a cortar el cable en 2007. Recordamos haber instalado Boxee en un PC de torre y haberlo conectado a un grupo de discos duros externos de 1 TB que contenían una colección bastante variada de películas y series de televisión. Fue un movimiento valiente motivado por un único deseo: la independencia. Ansiábamos poder elegir lo que veíamos y cuándo.

Sin embargo, nuestra primera incursión en Media Center TV distó mucho de ser perfecta. La configuración estuvo plagada de problemas, los fallos de software fueron generalizados y la calidad de los contenidos descargados no estuvo a la altura de las expectativas.


La televisión conectada tardó cerca de una década en llegar más allá de Netflix y Hulu. Tuvieron que pasar otros cinco años para que nos diéramos cuenta de que la presencia de anuncios no era lo que había agriado nuestra conexión con la televisión por cable normal. Los anuncios eran aceptables, incluso deseados si eso significaba obtener servicios más baratos o gratuitos. Lo que realmente deseábamos era autonomía, la posibilidad de personalizar nuestras experiencias televisivas en función de nuestros intereses y horarios.



La televisión conectada de hoy es muy diferente de los televisores tradicionales. Más allá de las mismas letras, "T" y "V", la evolución de la CTV es poco menos que asombrosa. Está experimentando un enorme crecimiento, con publicaciones, espectadores y tecnología que evolucionan a un ritmo sin precedentes, todo ello mientras atrae a anunciantes de todo el mundo. Sin embargo, entraremos en más detalles al respecto más adelante.

Revolucionar la publicidad televisiva para la era moderna

La publicidad televisiva, históricamente dominada por unos sistemas de precios anticuados y una accesibilidad limitada, está ahora a punto de sufrir un vuelco. En contraste con el mundo dinámico y en expansión de la publicidad en Internet, los anuncios televisivos estaban limitados por métodos históricos de fijación de precios, acuerdos por adelantado y, en algunos casos, control gubernamental.

La rápida difusión de la publicidad en línea nos ha proporcionado una economía mundial en la que la oferta y la demanda no tienen fronteras. Un espectador de Seattle puede ver ahora una serie alemana mientras recibe un anuncio de un partido en Tel Aviv. La globalización de la oferta y la demanda ha alterado el sector publicitario.

Con la introducción de la licitación programática en la televisión conectada (CTV), los anunciantes pueden participar ahora en subastas en tiempo real de espacios publicitarios, lo que permite una orientación más precisa y la máxima eficacia. Esta transformación no sólo ha permitido a más anunciantes entrar en el ámbito de la CTV, sino que también ha transformado la forma en que se transmiten los mensajes, lo que se traduce en una precisión y eficacia notables.

Navegar por el cambiante panorama de la publicidad en televisión digital

A pesar de los avances tecnológicos, la publicidad en CTV sigue encontrando obstáculos que exigen atención. Uno de ellos gira en torno a la ampliación del espacio publicitario y su impacto real en el alcance de la audiencia. ¿Estamos simplemente trasladando a los telespectadores tradicionales a las pantallas digitales o estamos atrayendo de verdad a nuevos telespectadores?

El dilema entre inventario y audiencia

Este dilema exige que los anunciantes se conviertan en detectives, discerniendo si la CTV se limita a reorganizar a los espectadores existentes o amplía realmente el conjunto de la audiencia. Esta distinción influye profundamente en las estrategias de inversión publicitaria y en la orientación de las campañas.

Reimaginar las métricas de medición

En el pasado, los anuncios de televisión medían el éxito en función de la audiencia potencial, mientras que los anuncios digitales revolucionaron este sistema con el seguimiento del impacto directo. Ahora que la CTV fusiona la televisión tradicional con las plataformas digitales, es imperativo un nuevo enfoque de la medición. ¿Debe seguir midiéndose el éxito por el alcance, o necesitamos un método más matizado y alineado con lo digital?

Abandonar la mentalidad del último clic

Las mediciones tradicionales de la televisión, como los paneles y el escaneado de códigos QR, ya no son suficientes en el ámbito de la CTV, donde los espectadores suelen utilizar teléfonos inteligentes para acceder a los contenidos. Los anunciantes se inclinan por la medición incremental, que examina la relación causal entre el gasto publicitario y los resultados.

De cara al futuro

La trayectoria de la publicidad en CTV desde sus inicios hasta su prominencia actual es notable. Sin embargo, el crecimiento conlleva retos. Desentrañar los entresijos de los anuncios de televisión en color, comprender la audiencia y perfeccionar los métodos de medición representan el camino a seguir. La colaboración entre anunciantes, expertos en tecnología y plataformas promete campañas publicitarias más personalizadas, medibles e impactantes.

En resumen, la publicidad en televisión digital ha avanzado mucho, pasando de ser un concepto incipiente a un canal formidable dotado de funciones como la oferta programática. Sin embargo, a medida que el sector madura, se enfrenta a cuestiones críticas sobre la eficacia de los nuevos espacios publicitarios y los criterios de medición. Avanzar implica perfeccionar nuestros conocimientos y herramientas para garantizar que la publicidad en CTV no sólo cumpla las expectativas, sino que establezca un nuevo estándar para la participación digital.






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